En el caso de haber llegado tarde a este problema de conducta, debemos identificar si se trata de un problema físico y psíquico.
-
Es recomendable que el perro nunca viva fuera de casa, porque es un ser social y necesita sentir que forma parte de la manada. Al tenerlo fuera de nuestra casa está separado del resto. En el caso de no tener otra salida podemos evitar que se sienta solo si tenemos un segundo perro, a ser posible del sexo contrario. Aunque le podamos dar cualquiera de estas dos soluciones es recomendable dedicarle más atención y jugar con él. Si ninguna de esta dos soluciones se nos acopla puede que dándole juguetes variados que lo tengan entretenido y luego cuando podamos jugar con él, nos sirva. Debemos ir cambiando de vez en cuando estos juguetes (comprados en tiendas especiales, sino podrían ser perjudiciales para nuestra mascota) para que no se aburra.
-
Debemos ubicar su casita o manta en un lugar tranquilo donde no le molestemos al pasar continuamente. Puede que por miedo defienda su territorio e incluso intente atacar tanto a desconocidos como a nosotros mismos.
-
Un perro que desde cachorro ha tratado con gente y ha sido expuesto a todo tipo de estímulos, será un perro adaptado al ambiente y equilibrado. En este caso ladrará bastante menos que un perro que cuya etapa de sociabilización ha sido muy pobre. Si el perro vive en casa estará acostumbrado a los humanos y aprenderá nuevas situaciones y a comportarse con la gente.
Solemos cometer ciertos errores cuando nos encontramos ante un perro que ladra mucho. Aquí te explicamos unos cuantos para que no los cometas tu:
-
Ceder ante nuestro perro cuando nos ladra para que le saquemos a pasear, para darle un juguete, una galleta... Solo cuando haya parado de ladrar y se haya calmado le daremos lo que nos pide.
- Golpear o mantener la boca de nuestro perro. Esto hará que nuestro perro nos tenga miedo y ladrará incluso más por este motivo. Puede que llegue a mordernos. Recordemos la culpa no es del perro, sino nuestra debemos educarle correctamente. La manera correcta de proceder es enseñarle una palabra que signifique silencio como por ejemplo "no" (tiene que ser enérgica y firme, se recomienda una palabra corta). Cada vez que ladre le diremos inmediatamente la palabra que hayamos elegido, nunca más tarde porque no lo entenderá.