A todos nos gusta viajar con nuestras mascotas, algo que algunas personas no acaban de entender. La cosa es más fácil si tenemos perros pequeños que caben fácilmente en un transportín, pero ¿qué pasa con los perros grandes? Hablamos de pastores alemanes, de golden retriever, o de terranova. Sin embargo, los únicos animales que pueden viajar en autobús son los perros lazarillo, y en estos casos el tamaño y las dimensiones del perro pasan a un segundo lugar.
Según la legislación española, los animales de compañía no pueden viajar en el habitáculo de los viajeros, con la citada excepción de las razas de perro usadas por los ciegos. La misma legislación indica que los perros pueden viajar en la bodega o el maletero del vehículo, siempre dentro de una jaula o cesta homologada. Su traslado es responsabilidad del dueño del animal, que por norma general viajará en el mismo viaje que el perro.
Y aquí nos encontramos con el problema de los perros grandes. Algunas compañías de autobús nos limitan el peso del animal a 10 kg., al igual que también sucede cuando quieres viajar con tu perro en tren. Esta es una condición que a todas luces los perros grandes no cumplen ya que fácilmente se van más allá de los 30 o 40 kg. Hay otras compañías que nos cobran un plus según el peso del animal. Muchas veces hay que presentarse con cierta antelación en la estación y rellenar un documento específico sobre el perro.
Si vas a viajar en autobús, antes de sacarte el billete consulta las condiciones de transporte de animales de la compañía para asegurarte de que tu perro grande podrá viajar contigo. Lo mismo si quieres viajar con más de un perro, ya que en ocasiones nos limitan a una mascota por pasajero. El uso del bozal no siempre es obligatorio, pero sí que es recomendable así que no lo dudes y si es necesario ponle el bozal al perro para evitar problemas.