El hecho de adoptar un perro está muy bien, pero de vez en cuando pueden surgir problemas de depresión en los perros adoptados. No siempre ocurre, y hay razas de perros en las que este problema puede tener más incidencia; pero hay que estar atentos a los síntomas para acudir cuanto antes a un especialista para que nos recomiende el mejor tratamiento a seguir. Un educador ayudará al perro a adaptarse a la nueva situación si no se acostumbra a tu casa.
La depresión es algo que suele producirse en perros que antes de pasar por la protectora donde los adoptaste han sido maltratados, y se expresa de diferentes formas. Uno de los síntomas más evidentes de la depresión en perros adoptados son los lloros del perro, igual que los cambios de comportamiento -no sociabiliza con otros perros, contigo ni con tu familia-. Además de mostrarse apático, puede dormir más de lo habitual o padecer insomnio, y hay canes que también cambian sus hábitos alimenticios.
Otro de los síntomas o problemas asociados a la depresión en los perros adoptados es la ansiedad, ya que estos perros suelen estar estresados. La razón es la falta de actividad, los perros adoptados necesitan practicar ejercicio para combatir la depresión, salir a jugar. Estos síntomas pueden aparecer solos o combinados, y el can también se puede mostrar inquieto o esconderse en rincones de tu casa.
Como habrás podido comprobar, muchos de estos síntomas coinciden con los del aburrimiento de los perros, y una de las posibles soluciones de esta depresión canina pasa por aumentar la atención que le prestamos al perro adoptado. Hay que establecer una rutina en la que el animal pueda jugar con nosotros y salir a pasear por distintos lugares. Además de prestarle más atención, sigue los consejos que puedan darte el veterinario o el educador.