Tener un perro implica una gran responsabilidad, cuidar de otro ser vivo no es una decisión que se pueda tomar a la ligera y hay que considerar muchas cosas antes de aceptar un compromiso así. Una de ellas es la convivencia con otras mascotas.
Por sus características intrínsecas, no todos los animales pueden convivir en el mismo espacio y, a veces, simplemente es una cuestión de raza o especie de animal. Aunque a nivel doméstico, la mayoría de especies que suelen hacernos compañía pueden convivir si se dan las circunstancias adecuadas.
En el caso de las personas que ya tienen un perro y quieren introducir un gato en su familia, hemos de tener una serie de aspectos en cuenta. Biodiversidad es el área de la ciencia que se encarga de explicar las diferencias entre las especies y nos ayuda a comprender en qué grado pueden convivir las diferentes especies. Afortunadamente, perros y gatos conviven sin mayores complicaciones si:
- Se han criado juntos desde pequeños. En ese caso, es probable que, sea cual sea su raza, ni siquiera sepan que no pertenecen a la misma especie. Cada uno verá al otro como un hermano.
- Ambos tienen buen carácter. En los animales como en las personas, un buen carácter simplifica mucho las cosas, y si tu perro y tu gato son pacíficos y dóciles seguramente se llevarán bien.
- Muestras el mismo afecto por uno que por otro. Aunque algunos animales pueden desarrollar celos, lo más normal es que con el tiempo aprendan a aceptar su dosis de cariño particular, respetando el que se le da a la otra mascota de la casa.
Nuestra recomendación es que antes de adoptar a otra mascota de distinta especie, en este caso un gato, te informes bien sobre todas las implicaciones y cuidados que requiere para la crianza esa especie y raza concreta. Si eres capaz de brindar las mismas atenciones a tu perro y a tu gato, y no tienen un carácter especialmente complicado, tras unas semanas de habituación podrán convivir sin problemas.