De vez en cuando aparecen en la televisión noticias sobre perros que han mordido a sus dueños, o peor aún, a personas con las que se han cruzado. Las mordeduras de los perros pueden ser muy peligrosas, pero también son evitables siguiendo estos tips para evitar que un perro nos muerda.
Sentido común con perros ajenos
Una cosa es tratar a nuestro perro, y otra muy distinta hacerlo con otro can. No todos reaccionan igual, y lo que tu perro admite porque te conoce y te respeta, puede que a otro perro no le haga gracia y conteste mordiéndote. Hay que utilizar el sentido común.
Ni abrazos ni besos
Siguiendo el hilo del punto anterior, a los perros no les gusta que los abracemos, es una de las cosas que odian los canes. Se sienten oprimidos, y tenemos otras formas de demostrarles nuestro afecto como acariciarles el lomo o rascarles la panza, pero nunca besarlos. Si lo haces no sería de extrañar que responda mordiéndote para liberarse de esa opresión.
Cuidado con tu lenguaje corporal
Quizá para ti no sea nada, pero soplarle a la cara, sostenerle la mirada en actitud desafiante mucho rato, acorralarlo en vuestros juegos o inclinarte por encima de él son actitudes que el perro puede interpretar como una amenaza, y una de las formas más habituales para defenderse de esa amenaza es con los dientes.
Actuar pausadamente
También está relacionado con el lenguaje corporal. Si el perro ve que estamos acelerados, y que te mueves y actúas rápido, el también se emocionará y le costará más controlarse, lo que puede acabar en mordisco -fortuito o voluntario-. En cambio, si actuamos de forma pausada será más difícil que el perro se deje llevar y nos muerda.
¿Qué dice el dueño?
Seguro que te dice eso de que “tranquilo, no muerde”, pero evidentemente eso será con él, no con los desconocidos. Pero también nos dirá cómo comportarnos y tratar al perro según su comportamiento, así que si seguimos las indicaciones del dueño, las posibilidades de mordedura se reducen considerablemente.
El que avisa no es traidor
Antes de morderte el perro lanzará señales de aviso, así que debes ser capaz de interpretarlas y actuar a partir de esas señales. Cuando nos enseña los dientes, nos gruñe o nos ladra son el mejor ejemplo, aunque los bostezos o verlo relamerse la espalda no puede confundir. Si captas estas señales, deja de hacer lo que moleste al animal.
Tu cuerpo no es un escudo
No utilices ninguna parte del cuerpo para detener la agresión. Nuestro instinto nos llevará a enseñarle la mano con la palma abierta en señal de alto, pero lo único que hará será dirigir el mordisco hacia tu mano o tus dedos. Lo mismo pasa si le sacamos el pie. Quédate con los brazos pegados al cuerpo y sin mirarlo a los ojos.
No corras
Nuestro instinto de supervivencia también nos hará huir corriendo del perro, otro error. El can corre más que tú, y acabará alcanzándote y mordiéndote. Si te quedas quieto en la posición descrita en el punto anterior el animal dejará de considerarte una amenaza, y cuando no gruña más te puedes mover poco a poco y sin darle la espalda.
La distracción
Un último recurso puede ser distraer a un perro agresivo con lo que tengamos a mano: una pelota, un juguete, algo de comida... Si ves que te va a atacar, tírale uno de estos objetos lejos para que se centre en él y te quite de su punto de vista. Eso sí, hazlo lentamente para que no te malinterprete.
NADA MAL
Estas normas de seguridad se pueden sintetizar en el acrónimo NADA MAL: No molestar al perro, Acariciarlo solo con permiso, Dejarle espacio, Actuar pausadamente, Mantener la calma, recordar que hAsta los buenos perros pueden morder y Los dedos siempre juntos.
Siguiendo estas 7 pautas evitaremos el riesgo de que nos muerda cualquier perro.
