Quizá la imagen de tu perrito restregando el culo por el suelo mientras camina te parezca cómica, pero en realidad es algo que solo es gracioso en los dibujos animados. En la vida real cuando un perro actúa de esta manera se debe a que tiene problemas para vaciar las glándulas anales, así que respondiendo a la duda de muchos dueños de perros sí, los sacos anales de los perros se pueden apretar. Es más, deberían apretarse.
¿Por qué deberían apretarse los sacos anales? La respuesta es simple, si el animal es incapaz de vaciar estos sacos por sí solo y no tomas ninguna medida al respecto, lo que en principio es un problema leve podría convertirse en algo más grave: molestias, infecciones, inflamaciones, quistes, abscesos, adenomas, adenocarcinomas... sin olvidar el mal olor que muchas veces desprenden estas glándulas cuando el perro no puede vaciarlas de forma natural.
Estas glándulas producen unos fluidos olfativos que indican a otros perros que están listos para aparearse, que el animal tiene miedo, que quiere jugar, etc. El problema que tienen algunos perros domésticos es que han perdido la capacidad de vaciar ellos mismos estas glándulas anales. En los casos más extremos, el animal andará con la cola hacia abajo, o incluso se negará a caminar. No es algo exclusivo de los perros, a los gatos también les pasa.
Cómo apretar los sacos anales del perro
A la hora de apretar los sacos anales del perro, tanto el can como tú debéis estar preparados. Es más, lo ideal sería que cuentes con la ayuda de otra persona que sujete al perro para que no se siente cuando empieces a apretar. Si crees que no estás listo para ello, deberías llevar al animal al veterinario para que se las apriete él, y de paso te enseñe a hacerlo para la próxima vez.
También iremos urgentemente al veterinario si vemos que hay sangre junto a los sacos anales.