Es Imposible dar una respuesta concreta a esta pregunta porque, una vez detectado, la evolución de un cáncer depende de múltiples factores.
En general, esta grave enfermedad afecta a perros mayores (más de 8 o 10 años), y en la mayoría de los casos es incurable.
Existen distintos tipos de cáncer canino, desde un tumor mamario o testicular, hasta el temible linfoma o el cáncer óseo o de piel. El diagnóstico precoz es fundamental para poder aplicar un tratamiento efectivo que frene el desarrollo de nuevos tumores malignos, o que incluso pueda suponer una curación definitiva.
Son muchos los factores que influyen en la evolución de un cáncer por lo que los tiempos son siempre relativos. La fortaleza y el estado de salud general del perro, el tipo de tumor del que se trate y su desarrollo (más o menos avanzado, con metástasis o no), y la respuesta ante el tratamiento determinarán el tiempo de vida que le quede al animal o, en el mejor de los casos, una posible curación.
¿Cómo se trata el cáncer en los perros?
Hay que insistir en la importancia de la detección temprana del tumor de cualquier tipo, algo que puede hacerse simplemente palpando y realizando revisiones periódicas en el veterinario que descarten su existencia. También hay que vigilar que el perro no presente anomalías que nos puedan hacer sospechar la posibilidad de esta enfermedad: pérdida de apetito y peso, dificultades al orinar, problemas respiratorios…
Una vez detectado, hay que iniciar el tratamiento cuanto antes para frenar el avance del cáncer. Será el veterinario quien determine la mejor opción según cada caso. Puede que la solución quirúrgica resulte efectiva y suponga la curación total del perro. En otras ocasiones, habrá que iniciar las sesiones de quimioterapia, que pueden prolongarse semanas o meses.
En el peor de las situaciones, únicamente podrá recurrirse a tratamientos paliativos para evitar el dolor y mejorar la calidad de vida del animal durante el tiempo que le quede, que puede variar desde unos pocos meses hasta varios años.
