Algunos perros, más que comer, devoran en cuestión de segundos el pienso que pueda haber en su cuenco. No es bueno que engulla la comida casi sin masticarla. Si tu mascota tiene esta costumbre, toma nota de algunos sencillos trucos para lograr que coma más despacio.
Lanzarse al plato con ansia puede traer más de una complicación de salud a tu perro, desde provocar que se atragante hasta hacer que sufra una dolorosa torsión gástrica. Malas digestiones, vómitos después de comer o molestos gases son solo algunas de las posibles consecuencias de comer rápido.
Suelen hacerlo sobre todo los cachorros y los animales más jóvenes. En algunos casos, se trata de una mala costumbre que debes intentar corregir y en otros, este comportamiento puede responder a causas diversas, por ejemplo, que tu perro sea muy nervioso y no haga el suficiente ejercicio, que esté atravesando un episodio de estrés (mudanza, llegada de un bebé a casa…) o simplemente que se esté quedando con hambre.
Si la voracidad de tu perro te tiene preocupada, toma medidas para lograr que coma masticando y con tranquilidad. Con un poco de ingenio, verás cómo conseguirlo no es difícil.
Trucos prácticos para que tu perro no coma deprisa
Hacer que tu perro no devore la comida y coma sin prisas es cuestión de introducir una serie de hábitos correctos al can. Toma nota de algunos trucos prácticos para que tu perro no coma deprisa:
Recipiente plano
Si te fijas, el cuenco donde come tu mascota, recoge perfectamente su comida y la reúne en un único montón. Cámbiaselo por uno más grande y de fondo plano, así, tendrá solo una “capa” de sus croquetas favoritas y en cada bocado, cogerá menos cantidad.
Divide su ración en varias porciones
Con este truco no solo conseguirás que tarde más en comer sino que, además, estarás haciendo un juego de adiestramiento canino. Reparte su ración en varios recipientes y colócalos en lugares diferentes, no demasiado escondidos para que no se desespere buscando. En lo que olisquea y va de un sitio a otro, hará la pausa necesaria para continuar comiendo de manera saludable.
Una pelota
Este sencillo juguete puede venirte genial para lograr tu objetivo. En el mismo recipiente donde le pones su pienso, coloca una pelota de tenis algo enterrada en el montón de comida. Tu perro comerá menos deprisa porque dedicará unos segundos a mover la pelota con el hocico antes de cada nuevo bocado. Si se le ocurre atrapar la pelota y apartarla… tienes un perro muy listo y el truco no funciona, pero por regla general, estará tan absorto en acceder a su comida que no reparará en que lo más sencillo es quitar esa pelota que le estorba.
Cuencos con “trampa”
Si tienes a un verdadero glotón que arrasa con la comida en medio segundo, hay cuencos especiales para ponérselo más difícil. El secreto está en que en su interior llevan varias divisiones que crean distintos compartimentos, algunos bastante pequeños en los que el hocico del perro apenas cabe. De esta manera, atrapar las ansiadas pelotillas le llevará su tiempo. Si no quieres gastar dinero, prueba a ponerle el pienso en un cartón de huevos vacío o en un recipiente para hacer hielos que ya no uses. El resultado será el mismo. ¿Más sencillo todavía? Coloca su cuenco del revés y ponle ahí su comida. Una parte del pienso para perros se colará por la ranura que forma el borde y tu perro las pasará “canutas” para sacarlo.
Un juguete con relleno
Otra buena idea es dividir la ración de comida en dos porciones. Una mitad la dejarás en su cuenco habitual y la otra la pondrás en el interior de algún juguete. De esta manera, calmará su voraz apetito con el pienso del cuenco. Obtener la segunda mitad, le llevará más tiempo. Es de lo que se trata.
Plato en alto
Sobre todo si tienes un perro grande que come en un santiamén, no le pongas su plato en el suelo, sino en una superficie algo elevada (una mesita, un murete del jardín…). Debe poder alcanzarlo, pero con algo de dificultad, para que ingiera el alimento de forma más pausada.