Por supuesto que sí. La higiene buco dental es parte de los cuidados que un perro necesita para sentirse bien y evitar distintas enfermedades e infecciones relacionas con la boca, los dientes y las encías.
En muchos casos, sobre todo si se trata de perros jóvenes, algunos juguetes específicos, el pienso si es seco, o ciertas golosinas que actúan como “rascadores” que eliminan el sarro son suficiente para mantener en buen estado el conjunto de la boca, pero en ocasiones, una limpieza dental profunda y específica puede resultar más que aconsejable.
Mal aliento, sarro acumulado, algún diente mellado o partido, encías inflamadas… en estos casos, es importante cepillar los dientes al perro con cierta regularidad.
¿Cómo lavar los dientes a un perro?
Siempre resultará más sencillo si el perro está acostumbrado a esta sencilla operación porque le lavas los dientes desde cachorro.
Para hacerlo, debes contar con un cepillo apropiado, que raspe sin hacerle daño, y además con un dentífrico específico. No debes utilizar el indicado para humanos porque para él podría ser nocivo incluso suponer un potencial peligro de envenenamiento.
Aprovecha un momento en el que el perro esté tranquilo para proceder a la limpieza y si para él es algo absolutamente nuevo, ten paciencia y ve poco a poco.
Aplica una cantidad mínima de dentífrico canino en el cepillo o bien en una gasa enrollada en tu dedo índice. Pásala por sus dientes con suavidad, incidiendo especialmente en la línea donde se unen con la encía. No fuerces la situación y deja que poco a poco se vaya familiarizando con esta práctica.
Por supuesto el perro no se va a enjuagar la boca. No te preocupes porque al beber eliminará cualquier posible resto de producto.
Lavándole los dientes desde cachorro, una vez a la semana, tu perro tendrá una perfecta higiene buco dental y podrá presumir con su mejor sonrisa.