Cuantas veces hemos llamado a nuestro perro y este ha hecho como que no nos ha oído. Esto es un grave problema porque puede provocar accidentes al no acudir a nuestra llamada. Esta reacción puede ser debida a que teme acudir por si es castigado o puede ser porque ha visto una perra en celo. Hay muchos motivos pero ninguno exime a nuestro perro de acudir ante nosotros cuando le llamemos.
Para evitar que pueda sufrir un atropello, o pueda ser el causante de un grave accidente debemos enseñar al perro a acudir a la llamada, es decir, obligarle a hacerlo. Lo ideal es contratar a un profesional que nos guíe para no cometer errores que puedan suponer problemas en el futuro. Esto supone un gasto de dinero que no todo el mundo puede permitirse por esto os damos una pequeña clase para que entrenéis a vuestro perro vosotros solos.
Cosas que tenemos que tener en cuenta para empezar:
La mejor edad es cuando es un cachorro de entre seis y nueve meses. Esto debemos ir perfeccionándolo en torno al año y medio. Necesitamos un collar y una cuerda de como mucho cinco metros de largo. Es opcional pero también podemos tener unos guantes para protegernos las manos de posibles quemaduras producidas por tirones de la cuerda.
Lo primero que tenemos que hacer es ponerle el collar y atarle la cuerda. Siempre que estemos entrenando debe llevarlo puesto de esta forma el perro acabará asociando collar y cuerda con entrenamiento.
Cada vez que le llamemos debemos emitir la misma orden con energía firme y enérgica a la vez que le damos un tirón a la cuerda (la fuerza con que tiremos de la cuerda dependerá del tamaño del perro). Cuando el perro acuda a nosotros le daremos caricias, o comida. El objetivo es que el perro intente evitar el tirón y a la vez que quiera conseguir la comida o caricias.- Cuando le llamemos le daremos un segundo de tregua para ver si acude y evita así el tirón. Si lo hace el perro habrá aprendido a venir para evitar el castigo.
- Una vez el perro acuda sin necesidad de tirar de la cuerda iremos cortándola poco a poco. Mas o menos un metro por semana. Aún así alguna vez nos veremos obligados a tirar de la cuerda. Debemos de hacerlo de manera que el perro no nos vea coger la cuerda para así sorprenderle mejor y que el castigo sea más eficaz.
- Si el perro no ha aprendido deberemos rascarnos el bolsillo y acudir a un profesional.
No obstante existen los collares electrónicos que afligen un castigo al animal a distancia. Se utiliza en casos muy concretos. No es recomendable hacerlo sin la supervisión de un profesional. Si no los usamos correctamente podemos lesionar gravemente a nuestro perro.