Agresividad como resultado del miedo

La mayoría de los perros nacen equilibrados. Cuando adoptamos a un perro intentamos darle lo que creemos lo que es mejor para él. El problema es que esas cosas que les damos no les satisfacen a ellos sino a nosotros mismos. Les humanizamos y por ello les dañamos psicológicamente.


Este daño psicológico hace que tengan dificultades de adaptación con el entorno y como consecuencia sean la causa de su desequilibrio.

El miedo es una dificultad a la que se enfrentan muchos perros y la consecuencia es la agresividad. Los perros que padecen esta agresividad inducida por el miedo suelen se los de menor tamaño y comienza por un gruñido o enseñando los dientes.  Pero la cosa no se detiene ahí sino que va en aumento.

Como ya hemos dicho la causa de este tipo de agresividad puede ser por la excesiva humanización a la que les sometemos o por malos tratos. Aunque la mayor parte de los casos es por darles afecto en el momento equivocado.

Sabremos que nuestro perro es agresivo como resultado del miedo porque levantará el labio superior, gruñirá, meterá el rabo entre las patas, se agachara y empezará a temblar de tal forma que puede que ni siquiera pueda mantenerse en pie.  Si sentimos lástima en ese momento estamos alimentando la inestabilidad de su comportamiento y de su mente.

Estos perros necesitan liderazgo mucho antes que amor. Si nuestro perro ha llegado a un nivel extremo de agresividad debemos llevarlo a un experto en conducta canina.

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