5 aspectos que debes tener en cuenta para adiestrar a un perro PPP

Adiestrar correctamente a un perro siempre es fundamental pero, en el caso de un perro potencialmente peligroso, el proceso de socialización y de educación es especialmente importante porque de él depende, en gran medida, el futuro comportamiento del animal. Si tienes, o vas a tener un PPP, ten en cuenta los aspectos básicos de su adiestramiento.

Hay distintas opiniones sobre si el PPP nace o se hace. La legislación española recoge una serie de razas que, por sus características físicas, se considera que pueden provocar graves daños en un posible ataque y, por tanto, son consideradas razas de perros potencialmente peligrosos. Es cierto que un perro grande, con una musculatura potente y una mandíbula capaz de morder y desgarrar podría ser, a priori, potencialmente peligroso, pero también es verdad que con un correcto adiestramiento, estos animales pueden ser excelentes compañeros y no suponer un peligro para nadie.

Aunque hay excepciones, en la mayoría de los casos, los dueños suelen ser los principales responsables de las conductas agresivas de los perros. Adiestrarlos teniendo en cuenta su fortaleza física y las particularidades de su carácter es esencial para tener un PPP y disfrutar con él con total tranquilidad.

Claves para adiestrar a un perro PPP

Perros PPP

En primer lugar, hay que aclarar que hablamos de la educación básica de un animal de estas características porque adiestrar a un PPP para un fin específico, como por ejemplo, la caza, solo pueden hacerlo etólogos y adiestradores profesionales.


Por supuesto, si tienes un Pitbull Terrier, un Akita Inu, un Dogo argentino o cualquier otro PPP, tú puedes educarlo para que sea el amigo más fiel y obediente. Algunas claves para lograrlo son:

Socialización

Es realmente la clave para conseguir que el hecho de ser potencialmente peligroso sea solo una etiqueta legal y que tu perro no desarrolle una conducta más agresiva que la que pudiera tener cualquier otro can. Si es un cachorro, respeta el tiempo que debe permanecer con su mamá perra y, cuando llegue a tu hogar, dale todo el cariño que cualquier “bebé” necesita.

Acostúmbrale a estar con otros perros y, también, con personas siempre permaneciendo atenta a sus reacciones. Corta cualquier amago de agresividad y enséñale, desde pequeñito, que debe medir sus fuerzas. Un PPP criado en un entorno familiar, rodeado de un ambiente tranquilo y cariñoso, no tiene por qué desarrollar un comportamiento violento.

Juegos

Son básicos en esa etapa de socialización. Actúa exactamente como con cualquier otro perro, cortando de raíz cualquier conato de agresividad o intento de ataque aunque sea jugando. También tu cachorro “peligroso” necesita mordedores y hará “trastadas” como morder los calcetines o el sofá. Regáñale, lo justo, con energía y sin recurrir jamás al castigo físico.

Con estos animales hay que dejar claras normas esenciales de convivencia y también definir, sin margen de duda, quién manda. Pese a ello, jugar con el perro es fundamental para su desarrollo.

Actividad física

Perros PPP

Antes de elegir como compañero a un PPP, ten muy presente que su constitución hace que requiera una actividad física intensa. Tu mascota tiene una gran energía y necesita gastarla para sentirse bien. Salir a correr con el perro, proporcionarle espacio para moverse, saltar… es una parte esencial de su correcto entrenamiento.

Agresividad cero

Adiestra a tu PPP con entrenamientos cortos (10 – 15 minutos), en los que tendrá que aprender reglas básicas. Debes lograr que responda a la primera a órdenes muy sencillas: ven, siéntate, vamos, quieto… palabras simples que pueda reconocer y obedecer, recibiendo un premio cada vez que lo haga. El adiestramiento de un PPP debe basarse siempre en reforzar las conductas positivas, nunca en castigar (mucho menos físicamente) los comportamientos negativos. Si no obedece, simplemente no hay premios ni caricias.

Acostúmbrale a los requisitos legales

Es parte del proceso de adiestramiento y socialización. Un PPP siempre debe estar atado y llevar su bozal cuando estéis en un espacio público (por la calle, en el parque…). Es importante que el perro se acostumbre desde cachorro a estos requisitos para evitar que el bozal y la correa le creen un estrés que pueda, en un momento dado, aumentar su ansiedad o agresividad.

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