6 cosas que vuelven loco a tu perro
¿Qué sería de nuestro perro sin esos momentos de locura canina con los que nos sorprenden de vez en cuando? Esa emoción que manifiestan cuando arrancan a correr velozmente, moviendo la cola y con esa cara de felicidad que tanto nos gusta. Pero, ¿sabes por qué los perros tienen esos momentos de locura? A continuación vamos a descubrir algunas cosas que hacen enloquecer a cualquier perro, a ver si el tuyo también se siente reflejado.
Acabar de bañarse
A la mayoría de perros la ducha les da pánico. El baño a los perros no suele gustarles, aunque también es cierto que algunos canes se lo pasarán en grande si los llevamos al río o a la playa. Cuando acabamos de ducharlos arrancarán a correr a lo loco, sacudiéndose el agua para secarse y mostrando así su felicidad porque se ha acabado la tortura del baño, aunque sean de esos que aceptan ducharse. Recuerda que no hace falta bañarlo con demasiada frecuencia.
Cuando vuelves a casa
Es uno de los momentos más felices del día para el perro. Después de una larga jornada separados, el can intuirá tu presencia antes incluso de que llegues al portal, captará tu olor a medida que te acerques y puedes apostar lo que quieras a que cuando abras la puerta de casa estará en el recibidor esperando para darte una calurosa bienvenida. Al fin y al cabo eres su mejor amigo, y de alguna forma tiene que agradecerte todo lo que haces por él.
Descubrir nuevos lugares
Quizá haya veces en que se muestre un poco tímido, pero a nada que gane confianza se volverá loco explorando nuevos sitios. Un parque diferente al habitual, calles por las que nunca había pasado, si te lo llevas contigo de vacaciones o a la casa del pueblo... A los perros les encanta olfatear allí por donde pasan, y para él llegar a un sitio con tantos estímulos nuevos es como el paraíso.
Los cubitos de hielo
Más concretamente, los helados de pienso. Quizá no los conozcas, pero basta con poner pienso y agua en la cubitera y esperar a que se congele. En los días de verano es ideal para refrescar al perro, que se lo pasará como un niño pequeño mientras lame el cubito. Mójalo antes un poco para que no se le quede pegado a la lengua, y prepárate para limpiar porque todos sabemos que la combinación perro emocionadísimo y agua o hielo no suele acabar muy bien. Y, a diferencia de lo que dice la leyenda urbana, los cubitos no son perjudiciales para el perro.
La hora de comer
Pero no solo los cubitos o los helados vuelven loco al can, cuando sabe que llega la hora de comer seguro que se encarga de recordártelo, y mientras le llenas el cuenco de pienso o le pones su comida en el comedero seguro que menea la cola como si no hubiese mañana, como si estuviese a punto de dar saltos de alegría. A los perros les encanta comer, y en ese breve instante entre que empiezas a poner la comida y te apartas se les hace la boca agua, llegando a unos niveles de locura insospechados.
Un juguete nuevo
En este sentido, los perros también son como los niños y como vean un juguete nuevo no querrán separarse de él y te presionarán con la insistencia de un loco para que juegues con él. Puede ser un juguete que le compres en una tienda o en el veterinario, pero también nos vale con cualquier pelota o palo que os encontréis en vuestras excursiones o que le lleves.
A los perros les encanta jugar con nosotros, y si además tienen un juguete para estrenar la felicidad del can será completa. Incluso un montón de hojas secas puede ser un “juguete” que vuelva loco al can en sus paseos.