El hecho de criar a un cachorro de perro supone una gran responsabilidad, porque de tu trabajo y tu éxito depende en gran parte cómo será el futuro comportamiento el animal a lo largo de su vida. Por eso es muy importante tener claros algunos conceptos, empezando por un consejo: ármate de paciencia. Hasta los seis meses el cachorro no habrá completado su educación, lo que debes hacer en este tiempo es orientarlo para que siga unas pautas y un comportamiento correctos.
Lo primero de todo es la alimentación, para criar a un cachorro de perro recién nacido tendremos que darle de comer siempre a la misma hora. El animal debe acostumbrarse a que puedas poner la mano o incluso retirarle el comedero, y también a comer despacio. Después de comer es la hora de descansar, así que no juegues con él aunque el corazón te lo pida. Déjalo reposar la comida antes de unos paseos en los que no puede faltar la correa -corta, no extensible-. Tú eres el jefe, así que entra y sal el primero de casa, dándole la orden.
Salir a pasear en horarios regulares también te servirá para que el animal aprenda a hacer sus necesidades fuera de casa. Al principio puede que a tu perro no le guste hacer sus necesidades en la calle, pero si las hace dentro de casa no debes regañarlo, y cuando haga pis y caca en la calle felicítalo y no te olvides de premiarlo con una galleta o una salchicha. Solo así se acostumbrará a hacer sus necesidades en la calle.
Por último está la cuestión de los espacios. El perro tendrá su cama, donde podrá dormir y pasar el día. Un “no” rotundo cuando se suba a tu cama o al sofá debe servir para que el animal sepa que lo que hace está mal y deje de hacerlo, lo mismo que si está mordiendo los muebles o cualquier cosa. El cachorro solo querrá jugar contigo, y si lo regañas por algo que ha hecho hace un rato lo habrá olvidado y no te entenderá. Si lo has criado bien, a los 6 meses el cachorro será un santo.
