Aunque es posible que tu perra tenga sus cachorros por cesárea, lo más habitual es que sea un parto natural, un parto que se puede desarrollar en casa y en el que no debes intervenir más allá de controlar que todo va bien. Unos días puedes consultarlo con el veterinario, así que deberás tener preparado el espacio para cuando la perra se ponga de parto. Cuando llegue la hora estará nerviosa, y seguro que busca ese sitio tranquilo para refugiarse y parir.
Normalmente el parto llega entre los días 60 y 65 de gestación, y la duración depende de factores como la raza del perro o su edad. Puede durar entre 2 y 12 horas, incluso más. Los cachorros saldrán de uno en uno, y entre cachorro y cachorro puede pasar fácilmente media hora. Una vez ha salido el perrito la madre lo limpiará bien y se comerá la placenta antes de que nazca otro. Es un proceso largo, así que ármate de paciencia.
El nacimiento del primer perro será algo más largo, y es habitual que expulse un líquido vaginal de color verdoso. También es posible que la perra se coma o aparte de la camada a alguna cría. Esto se suele dar cuando la madre sabe que uno de los cachorros no va a sobrevivir. Para favorecer al resto de la camada la aparta o se la come, centrándose en alimentar solamente a la camada sana. Es algo natural.
La raza y el tamaño de la perra influirán también en el número de cachorros que tenga. En las razas pequeñas suelen salir entre tres y cinco, pero en las grandes lo habitual es que tengan entre siete y nueve. Sabrás que el parto ha acabado cuando la perra esté tranquila y agrupe a las crías para amamantarlas, aunque es importante saber cuantos cachorros tiene en el útero para que ninguno se quede dentro, ya que puede acabar dañándola.