Hay perros realmente inquietos a los que el paseo parece crearles más ansiedad y salir con ellos puede llegar a ser un problema. Ante esta situación, muchos dueños optan por sacarlo a pasear menos y es un error porque la falta de actividad física hará que su carácter nervioso se acentúe.
Hay que recordar que se puede educar a cualquier perro. Si el tuyo es más activo de lo normal, también puedes enseñarle a comportarse correctamente en el paseo, aunque tendrás que tener algo más de paciencia.
Lo primero que tienes que lograr es que se tranquilice antes de salir de casa. Si abres la puerta y ya va saltando, ladrando y dando tirones a la correa, el paseo no resultará agradable. Ayúdate de golosinas perrunas y haz que espere tranquilo y sentado hasta que le pongas sus accesorios de paseo.
¿Qué hago si mi perro va nervioso mientras paseamos?
Ante un perro descontrolado, tu actitud es fundamental. Si vas nerviosa, regañándole a gritos y respondiendo con un tirón de correa cuando él intenta adelantarse, la situación se volverá insostenible.
Si tu perro es muy nervioso empieza a educarle con paseos cortos. Una vez superada la prueba de la salida correcta, llévale a paso lento con la correa corta pero sin agobiarle (que no esté tensa). Al primer intento de tirón, párate y haz que él también se detenga a tu lado. Si lo consigues, un pequeño premio en forma de golosina y, una vez que esté más tranquilo, continua la marcha. Repite una y otra vez. Es cuestión de paciencia.
En algunos casos, puede que tu perro necesite soltar adrenalina extra. En canes especialmente nerviosos, también da buen resultado seguir las normas del paseo hasta llegar a algún espacio en el que puedas soltarle y dejarle correr a gusto. Si decides probar, recuerda llevar contigo una bolsa con su comida favorita para lograr que venga y te obedezca a la hora de volver a ponerle su correa. Seguramente después de desfogarse un rato, podrás continuar el paseo de manera más tranquila.