¿Cómo puedo reconocer el resfriado en los perros?
Tu mascota puede constiparse exactamente igual que tú pero no puede expresar su malestar de la misma manera. Es importante reconocer los síntomas de un resfriado en perros para poder vigilar su evolución y descartar otras posibles enfermedades más graves como pudiera ser el moquillo.
Tu perro puede resfriarse por varias causas: porque ha estado expuesto a un cambio brusco de temperaturas, porque se ha mojado (o bañado) y no se ha secado convenientemente, porque se ha tumbado justo al lado del aire acondicionado…
Si por un virus acaba desarrollando un buen enfriamiento, presentará un aspecto alicaído generalizado, con pocas ganas de jugar o de comer.
Además, otros síntomas que puedes reconocer fácilmente son:
- Reiterados estornudos. Si tu perro, a lo largo del día, tiene “sesiones” de cuatro o cinco estornudos seguidos, probablemente haya pillado un constipado.
- Mucosidad. Igual que ocurre con las personas, un resfriado hace que aumenten las secreciones nasales y que el perro se lama la nariz con una frecuencia que no es la normal. Ojos brillantes y lagrimeo pueden ser el complemento a este síntoma evidente.
- Dolores musculares. Es otro de los síntomas que compartimos canes y humanos. El dolor generalizado, que ralentiza los movimientos, es lo que hace que el perro parezca no tener fuerzas para moverse y busque un lugar tranquilo donde acurrucarse.
- Pérdida de apetito. El perro no quiere comer entre otras razones porque su sentido del olfato queda mermado y también porque es posible que presente dificultades respiratorias.
¿Cómo cuidar a un perro constipado?
Hay que recordar que el resfriado es una dolencia leve de origen vírico ante la que poco se puede hacer, aunque hay una serie de consejos importantes a la hora de conseguir que tu perro pase el constipado de la mejor manera posible.
En primer lugar, debes proporcionarle un entorno adecuado, tranquilo, con una buena temperatura y la ventilación justa. Además, debes vigilar que esté convenientemente hidratado. Si no quiere, no insistas en que coma, pero asegúrate de que bebe suficiente agua.
No mediques a tu mascota con antitérmicos o analgésicos. Recuerda que tus medicinas no le valen. Si los síntomas empeoran o, aparecen otros más graves como fiebre o vómitos, deberás acudir al veterinario.