Aunque existen algunas diferencias entre comunidades autónomas, en España están reconocidas 8 razas de perros PPP. Son muchos los que opinan que ésta es una clasificación injusta, porque realmente la genética no siempre es determina el grado de peligrosidad que puede tener un animal.
Además de las razas ppp, cualquier perro no incluido en la lista puede llegar a considerarse peligroso atendiendo a determinadas características físicas y también a la presencia constante de conductas de agresividad injustificadas.
Si no tienes claras cuáles son las razas PPP, algunos rasgos de la constitución del animal puede ser indicativos de que te encuentras ante un perro potencialmente peligroso:
- Tamaño y peso. Los perros de más de 20 kg. y de gran corpulencia son los que pueden implicar, a priori, más peligro. Es lógico, cuanta más fuerza pueda llegar a tener un animal, más riesgo de daño implica su posible ataque.
- Cabeza ancha y cuello musculado.
- Pelo corto.
- Perímetro del tórax entre 60 y 80 cm. y altura de la cruz de entre 50 – 70 cm.
- Lomo y patas también con músculos marcados.
- Boca grande y mandíbula fuerte.
Otras características de los PPP
Para reconocer a un perro PPP no basta con limitarse a observar su aspecto físico más o menos imponente. Es la conducta del animal y los antecedentes en su comportamiento lo que determina su grado de peligrosidad. Son muchos los que salen corriendo ante la presencia de un pitbull simplemente por su apariencia externa y no siempre hay motivos para hacerlo.
Los PPP pueden ser animales dominantes, de fuerte carácter. Son impulsivos y les cuesta bastante obedecer a sus dueños. Suelen mostrar su agresividad con otros animales y el hecho de gruñir o de enseñar los dientes en actitud amenazante es algo que se repite con frecuencia excesiva.
En esa combinación explosiva entre rasgos físicos y conductas radica el riesgo de los PPP. Tienen que darse los dos factores para que el perro realmente sea un peligro porque, en muchas ocasiones, pagan “justos por pecadores”.