Seguro que has oído hablar del celo de los perros, pero ¿alguna vez te has preguntado cómo es el ritual de apareamiento de los perros? Aunque parezca algo complejo es mucho más simple de lo que muchos piensan, la madre naturaleza ha puesto de su parte para facilitarles las cosas y, a no ser que los dueños de los perros se lo impidan, el ritual será rápido. Otra cosa es que en el apareamiento de los perros el momento de la cópula, que se puede prolongar hasta los 60 minutos.
Todo empieza desde el momento en el que la perra se puede cruzar, que se repite periódicamente tras su primer celo. El segundo día del celo la perra es más fértil, y ladeará la cola de forma que muestre a los machos una vulva que está ovulando. Al orinar dejará ir las feromonas, unas hormonas que son un poderoso reclamo para todos los machos de los alrededores. El perro responderá a este estímulo oloroso con una erección, y si nadie se lo impide montará a la perra.
Eso sí, la penetración no será inmediata. Es normal que el can necesite varios intentos hasta que consiga introducir su miembro en la vagina de la perra. Pronto llegará la primera eyaculación, aunque se trata de una eyaculación estéril. El líquido que expulsará no tiene espermatozoides, así que la perra no se podrá quedar embarazada. En cambio, cuando se produce el volteo -los perros están en posición opuesta- la erección es completa, cargada en espermatozoides. En función de este proceso, comenzará o no el embarazo del perro. Eso sí, también puede contemplarse la posibilidad de que el perro no quiera aparearse con la perra, por lo que en estos casos deberás informarte correctamente para conocer su estado y su ciclo.
Los preliminares en el apareamiento de los perros
Los gestos juguetones de la perra y el ladeo de la cola son la señal inequívoca de que está lista para ser montada, pero tenemos otros preliminares bastante indicativos para saber que ha llegado el momento. El macho olfateará su cara y sus costados, le lamerá la vulva... Eso sí, la hembra solo aceptará ser montada cuando esté preparada e incluso puede que se muestre violenta si el macho la intenta montar.