No siempre es obligatorio salir a calle llevando al perro con bozal pero en algunos casos sí. Si tu mascota es de alguna raza considerada potencialmente peligrosa el paseo siempre implicará llevarla con este accesorio. Pit Bull Terrier, Rottweiler, Dogo, Tosa Inu o Staffordshire Terrier son algunas de estas razas pero además, varias comunidades autónomas incluyen otras como el Bóxer o el Doberman. Por otra parte, en determinados municipios existen normas que aconsejan o imponen el uso de bozal teniendo en cuenta ciertas características físicas de los perros. Cuello ancho y musculoso, pecho macizo… atendiendo a estos criterios, también puede existir alguna norma por la que debas pasear a tu perro con bozal (siempre es conveniente consultar para evitar una posible sanción).
¿Cuándo conviene llevar al perro con bozal?
Es importante entender que el bozal no supone daño alguno para el perro, siempre que sea uno que por su tamaño y forma no le resulte molesto. Además, en algunos casos, aunque no sea obligatorio puede resultar conveniente. No debes ver el bozal como algo “cruel”, sino como un elemento útil que puede ayudar en momentos puntuales. Enseña a tu perro a que no es algo malo. Si cada vez que se lo pones y se lo quitas le das un premio, no es complicado que lo relacione con situaciones positivas como un divertido paseo. Además, puede venirte bien, por ejemplo, a la hora de visitar al veterinario para realizarle una cura o ponerle una vacuna. También, si vas con tu perro a algún lugar donde sabes que puede ponerse nervioso (un viaje, un centro comercial con mucha gente y ruido…).
En resumen, debes comprobar si tu perro pertenece a una raza calificada como peligrosa, en cuyo caso tendrás que pasearlo con bozal. Además, el sentido común te debe indicar cuándo, por seguridad, sería conveniente que lo llevase.