Sí, los sacos anales de los perros desprenden muy mal olor. Estos sacos o glándulas anales son uno los instrumentos que tienen los perros para comunicarse entre ellos. Desprenden un olor que según lo que quiere expresar el can a sus congéneres perrunos será uno u otro. Estas señales olfativas sirven para avisar a otros perros de que la hembra está lista para ser montada, de que el perro está asustado o cualquier otro mensaje que quiera enviar.
El mal olor es natural, pero si ves que es más fuerte que de costumbre y que el animal no deja de intentar rascarse el ano, ya sea con el rabo o andando arrastrando el culo por el suelo es porque tiene algún problema en estos sacos. Hay perros que son incapaces de vaciar estas glándulas, y el líquido se queda almacenado en el saco. Por eso tendremos que vaciar los sacos anales en casa, aunque también las puede vaciar el veterinario o persona especialista.
Cualquier persona puede vaciar manualmente en casa estos sacos anales, que también desprenderán un muy mal olor. El olor se adhiere a la piel, así que si le vacías tú los sacos anales utiliza unos guantes de látex para evitar el mal olor. También deberías poner una gasa en el ano del perro, ya que al apretar los sacos anales el líquido puede salir despedido y salpicarte.
Los perros obesos, con diarrea crónica, estreñimiento, colitis crónica o alergias tienen tendencia a sufrir este tipo de problemas, que también se presenta con cierta regularidad en razas como bulldog, cocker spaniel, pastor alemán, labrador, chihuahua o poddle, y empiezan a darse cuando el perro se hace mayor, tanto en machos como en hembras. Si ves que además de estos problemas el perro come menos o tiene problemas para defecar, deberías acudir a tu veterinario para que te recomiende el tratamiento indicado.