No, los sacos anales en sí no son una infección de tu perro. Los sacos anales son unas glándulas que todos los canes tienen en el ano -hay dos- donde se produce un líquido aceitoso y muy oloroso que cumple con una doble función. Por una parte, sirve para lubricar el ano del animal al defecar; y por otra parte lo utilizan como señal olfativa para comunicarse con otros perros. Que están en celo o si están asustados son algunos de los mensajes que envía.
Otra cosa es que se produzca una infección en los sacos anales del perro, algo que sin ser habitual tampoco es extraño que pase. Muchas veces las infecciones se producen cuando el perro no puede vaciar por completo los sacos anales, y el líquido restante le produce esa infección. También puede ser que la alimentación del perro no sea equilibrada o sea algo pobre, de ahí que se produzca la infección en los sacos anales.
En los casos más extremos los sacos anales se pueden llegar a romper. Si observas que hay sangre en la zona anal de tu mascota no dudes en llevarlo al veterinario para que lo trate. En cualquier caso, si por su comportamiento sospechas que puede padecer una infección en los sacos anales, o que es incapaz de vaciarlos por sí solo, deberíais acudir al veterinario para que confirme la infección y te explique cómo vaciar los sacos anales.
Se trata de un problema importante, que hay que curar cuanto antes. Por eso evitaremos esperar a que el problema se cure solo, y la primera vez no deberías apretar los sacos anales por tu cuenta, sin seguir las recomendaciones del veterinario. De hecho, deberías llevarlo cuando notes que están algo inflamados, antes de llegar a la infección. Si el problema es persistente, puede que el veterinario decida operar al perro y extirparle los sacos anales.