La ansiedad por la separación puede darse en perros de cualquier edad, pero es algo que tiene una especial incidencia en los cachorros. Por su corta edad, es muy importante que desde el minuto 1 le hagamos frente, ya que de esta manera evitaremos que el cachorro llore cada vez que salimos de casa. Si no le prestas atención a tiempo al problema se puede agravar, hasta el punto de degenerar en conductas agresivas en tu ausencia.
Para hacer frente a este problema haremos dos cosas. El primero de los consejos para que el cachorro no llore es acostumbrarlo a estar solo, para ello dejaremos al cachorro encerrado solo en una habitación con dos o tres juguetes para perros para que no se aburra. Primero estaremos unos 5 minutos, ignorando sus lloros. Abriremos la puerta, jugaremos con él un ratito y luego volveremos a encerrarlo un periodo más largo. Poco a poco se acostumbrará a la soledad.
El otro frente que debemos superar -tu cachorro y tú- es la despedida y el reencuentro. Cuando te vayas de casa evita despedirte del cachorro, una costumbre tan frecuente como dañina para el futuro comportamiento del can. Lo mismo pasa cuando volvemos a casa: es una fiesta, el cachorro es el centro de atención, y ese exceso de cariño hará que la próxima vez que salgas de casa se convierta en un drama para el can. Tú decides cuando prestarle atención, que no sean los llantos del perro los que determinen tu respuesta.
Por qué mi cachorro llora cuando me voy de casa
Normalmente decimos que el perro sufre la ansiedad por separación porque nos echa de menos cuando no estamos, que están preparados para vivir en jaurías, etc.; pero detrás del llanto hay un problema de educación y de exceso de atención. Quizá al principio le cueste, pero si ponemos de nuestra parte el perro se habituará a la nueva situación. Salir a pasear antes de que nos vayamos también ayuda a hacer frente al problema.
