Muchas veces relacionamos las babas del perro con la comida. El perro babea en estos casos de la emoción de ver cómo le llenas el comedero de pienso, o si le estás abriendo la lata de comida. Es algo normal, lo que debería preocuparnos es que el perro babee y no coma. Si se da el caso, quizá deberíais ir al veterinario, porque el babeo y la falta de apetito son síntomas del moquillo, una de las enfermedades más graves del universo canino.
No hay ningún perro que se salve de esta enfermedad, aunque es más habitual entre los cachorros, en especial entre aquellos que no están vacunados. Si no la tratamos a tiempo puede ser mortal, así que conviene curarse en salud y visitar cuanto antes al veterinario para descartar que se trata del moquillo o, si el animal sufre la enfermedad, que nos prescriba el tratamiento a seguir para evitar futuras complicaciones. Si efectivamente se trata del moquillo y tienes más animales en casa asegúrate de que no entran en contacto con las secreciones del perro infectado, lo que incluye la baba, además de la orina, el vómito, los excrementos o las secreciones nasales. De hecho, deberías separar al perro que babea y no come del resto de animales, ya que a través de la tos puede contagiar a otros perros y a mamíferos como los gatos.
De vuelta a esos perros que babean y no quieren comer cuando les pones delante un plato de pienso, puede ser que no coma porque tiene problemas para acceder al comedero, en especial si se trata de un cachorro que está aprendiendo a comer. Las babas estarán relacionadas con esa emoción producida por el rancho a punto de ser servido, pero si tiene el comedero a una altura o en una posición que le dificulta el comer puede que acabe ignorándolo. En ese caso, cambia el cuenco o ponlo más bajo.