Mi perro no quiere comer pienso, ¿qué hago?
¿A tu perro no le gusta el pienso? Son muchos los dueños que no consiguen que sus mascotas coman pienso para perros y recurren a toda costa a otro tipo de alimentos que despierten el apetito de sus canes para que no pasen hambre. Si tu perro no come pienso y no sabes qué hacer, la forma más rápida de solucionar el problema es comprar otra marca de pienso o bien otro producto que incluya ingredientes diferentes. Ten en cuenta que en el mercado existe una gran variedad de piensos para perros con composiciones diferentes y que, por tanto, pueden resultar más o menos apetitosos a los gustos de tu perro.
Algunos dueños prueban con la mezcla de pienso seco con otros alimentos, como por ejemplo, salchichas o paté. Sin embargo, el perro podría optar por comerse los trozos de carne añadidos y dejar el pienso en su comedero. Por eso, es importante que incorpores la menor cantidad de alimentos externos posible en el pienso y lo mezcles bien para que tu perro se coma también las bolitas del pienso.
Trucos para que tu perro coma pienso
¿No sabes cómo hacer para que tu perro se coma el pienso? ¿Has probado muchas maneras pero ninguna ha surtido efecto? A continuación, te explicamos unos trucos básicos para que tu perro coma pienso y para garantizar así una alimentación canina correcta y sana para tu mejor amigo:
- Humedece el pienso con agua caliente para potenciar el olor del alimento.
- Asegúrate de que tu perro tiene el comedero en un lugar tranquilo y que el pienso se encuentra en buen estado.
- Comprueba que el pienso es acorde a la edad de tu perro y que los ingredientes son apropiados para estos animales.
- Mezcla el pienso con latas de carne especiales para perros.
- Intenta enseñar a tu perro para que asocie el pienso con un premio saludable, como por ejemplo, las galletas o las frutas.
- No te olvides de su paseo diario y asegúrate de que juega y se mantiene activo. ¡Así se le abrirá el apetito!
Recuerda consultar con el veterinario cualquier cambio que realices en la dieta de tu mascota, ya que los cambios repetidos o no controlados podrían provocarle problemas de estómago o diarreas.