La mayoría de los perros rechazan la correa al principio, así que no te preocupes si tu perro no quiere usar este producto para perros. Sin embargo, sí deberemos tratar de enseñar a nuestra mascota a aceptar la correa. La aplicación de técnicas de adiestramiento canino nos evitará paseos frustrantes donde mantenemos una batalla constante porque el perro no quiere pasear, o intenta tirar en direcciones opuestas o incluso trata de deshacerse de la correa.
¿Cómo hacer que mi perro quiera la correa?
Pasear con un perro que sepa caminar junto a ti y mantener tu ritmo es mucho más placentero que sacar a pasear a un perro que sólo tira de la correa constantemente. Por eso es fundamental llevar a cabo un adiestramiento canino con correa que nos permita cambiar la conducta de nuestra mascota, o bien educar al perro desde cachorro y evitar problemas con la correa. Lo primero que debemos saber es el motivo ¿por qué mi perro no quiere usar la correa?
Solucionar problemas con el collar
Lo primero que debemos hacer es comprobar si nuestro perro está cómodo con el collar. En ocasiones la incompatibilidad con la correa parte de un collar más elegido o mal colocado. También es posible que el perro tenga miedo del collar o la correa debido a un trauma anterior que desconocemos. Esto suele pasar en los casos de adopción de perros que han sido maltratados, abandonados... Según la edad del perro usaremos un tejido u otro para el collar, pero siempre debemos asegurarnos de que tenga la suficiente holgura para que lo le apriete (unos 2 dedos entre el cuello y el collar) pero que no pueda quitárselo.
Familirizar al perro con la correa
Tu perro necesita una correa cómoda de unos 2 o 3 metros, aunque el grosor dependerá del tamaño del perro: para los perros pequeños basta con 8 mm de anchura, mientras que los perros grandes necesitarán entre 10 y 20 mm de anchura. Hasta aquí la elección del tipo de correa para perro pero ¿y ahora qué?
- Deja que el perro arrastre la correa por casa un rato antes de salir a la calle para que se acostumbre a su peso, su tacto...
- Coge el extremo de la correa y llámalo para que acuda a ti. Si lo hace alábalo (puede darle también algún premio). Después repite la operación con la correa en la mano, aléjate y llámalo para que vaya hacia ti.
- No lo regañes ni lo cojas en brazos si no se mueve sino reforzarás su conducta. Intenta siempre conseguir que se mueva con estímulos positivos.
- Sal a la calle e intenta que poco a poco se mueva a la misma velocidad que tú. Cuando lo consiga manteniendo la misma dirección y al mismo ritmo que tú, recompénsalo.
- Si trata de adelantarse y tirar de la correa párate hasta que deje de tirar y retroceda un poco. Cuando la correa de afloje y el perro se relaje, retoma el paso.