Cualquier conducta o situación que se aleje del comportamiento del can habitual nos puede preocupar, y los espasmos en el perro no son ninguna excepción. Si tu perro pequeño tiene espasmos cuando duerme esto se produce porque puede tener frío, así que tápalo o sube la calefacción a ver si funciona. Pero si tu perro pequeño tiene muchos espasmos y crees que no están ligados al frío podemos estar ante un problema de salud que puede tener cierta seriedad así que lo llevaremos al veterinario cuanto antes para que lo explore.
Los ligeros espasmos en el perro de pequeño tamaño pueden estar relacionados con el moquillo, una enfermedad que se traduce en un virus que tiene otros síntomas como la diarrea, los vómitos o la conjuntivitis. Si lo has vacunado contra el moquillo -debería tener la vacuna- podemos hablar de otros problemas. Por ejemplo, daños nerviosos fruto de alguna herida que produce contracturas en el músculo; o en perros más grandes como el labrador retriever los espasmos aislados o puntuales en las patas pueden ser síntoma de distrofia muscular.
Como ves, el diagnóstico es bastante incierto. Es normal que te sientas preocupado, sobre todo porque es un perro de pequeño tamaño y nos impacta más. Así que el veterinario es la persona indicada para dar con la respuesta correcta. Para ayudarle a diagnosticar el problema cuanto antes puedes grabar al perro cuando sufra esos pequeños espasmos. Otro consejo es realizar un seguimiento tu perro pequeñito cuando sufre los espasmos: cuántas veces los sufre, cada cuanto tiempo, etc. Es muy importante que el veterinario tenga acceso a una información precisa, ya que así evitamos diagnósticos incorrectos.
Es fácil que al ver a tu perro sufrir espasmos te pongas en lo peor y creas que está desarrollando algún tipo de trastorno con convulsiones. Sin embargo, cuando aparecen los problemas graves suelen estar acompañados de convulsiones más fuertes y continuas, en las que el can llega a perder el control muscular. Si se trata de pequeños espasmos como es el caso que nos ocupa, lo más fácil es que sea un problema leve, de fácil solución, aunque hasta que vayamos al veterinario no sabremos el tratamiento a seguir.
