¿Por qué algunos perros nacen muertos?
Normalmente en un parto canino bajo circunstancias normales los perros nacen sanos y salvos, pero a veces nos encontramos con la desagradable sorpresa de que nuestra perra ha dado a luz a un cachorro muerto. Es normal que te preocupes por ello, ya que el resto de perros de la camada, que han nacido vivos, podrían tener problemas en el futuro. Hay varias razones que expliquen por qué hay perros que nacen muertos o prácticamente sin vida, lo que causa el rechazo de la madre.
Una de las causas más habituales es que el perro haya invertido su posición durante el parto. En vez de salir de cabeza, intentan salir de lado o con las piernas traseras. En ese caso es imprescindible que le ayudes a salir, ya que si la posición no se invierte los perros podrían ahorcarse con el cordón umbilical, muriendo. También es posible que se rompa el saco amniótico antes de que el perro salga, lo que es sinónimo de muerte.
La desparasitación es imprescindible para garantizar la salud de cualquier perro, y si la madre no ha recibido el tratamiento antiparásitos adecuado puede acabar infectando al futuro cachorro, provocándole la muerte. En este sentido hay que destacar que los padres también pueden provocar la infección durante el coito, por lo que nunca debes aparear a tu perra con otros canes que no estén desparasitados internamente.
Los defectos genéticos o una mala nutrición durante el embarazo son otras razones que explican el nacimiento de perros muertos; igual que la obstrucción del canal pélvico. Si el perro es de raza grande o de mayor complexión no podrá salir, quedándose atascado. La madre hará fuerza para expulsarlo, pero si se rompe el saco de agua de la matriz el can se quedará sin oxígeno, ahogándose. Especies como los boston terrier, los bulldogs ingleses o los pekineses, con la cabeza grande, son más propensos a sufrir este problema.