Los perros son curiosos por definición, y una de las cosas más raras que hacen los perros -al menos para nosotros- es cuando vemos a nuestro perro comer caca. Da igual si son sus propias cacas o si son las cacas de otro perro que su dueño no se ha esforzado en recoger. Los perros se comen incluso las cacas de otros animales, también se pueden comer cacas de personas, y según el tipo de cacas que coman la razón será una u otra.
Muchas veces la razón por la que los perros comen heces es la más lógica: la caca no dejan de ser los restos de lo que han comido, así que les resultan atractivas porque huelen a comida. Si no siguen una alimentación canina equilibrada y les faltan nutrientes o están cansados de seguir siempre la misma dieta, la idea de probar la caca les resultará atractiva. Lo mismo pasa si el perro se aburre: experimentará nuevas sensaciones con la caca. Sin embargo, al comerse sus propias heces el perro pude enfermar así que ofrécele una buena dieta.
Un caso diferente es el comportamiento canino de las madres, que se comen la caca de sus cachorros. Esta conducta del perro es heredada de la naturaleza, es una cuestión de higiene -también se beben el pis de las crías- que les permite eliminar parásitos e infecciones, además de acabar con el rastro olfativo en estado salvaje. No es peligroso, pero sí que lo es cuando lo hacen los cachorros imitando a su madre. Esta imitación es poco habitual y se soluciona sola.
Por último hay que hablar de los perros que se comen las cacas de animales como vacas, caballos, conejos u ovejas cuando nos vamos de excursión y pasamos por las mismas zonas donde estos animales han dejado su huella. Incluso también podrás observar cómo tu perro come tierra. En general, siempre que sea algo esporádico no llega a ser malo, y lo hacen porque se mimetizan con el olor de sus posibles presas y así es más difícil que los descubran. Sería otro comportamiento heredado de sus ancestros.
