El vómito esporádico en los perros es algo relativamente normal. Si tu perro alguna vez vomita la comida, no hay que darle mayor importancia. Puede que su pienso habitual le haya sentado mal, o tal vez, ha comido una cantidad excesiva o ha tragado demasiado deprisa.
Al igual que ocurre con las personas, el vómito es una defensa natural del organismo del can que rechaza el alimento y lo expulsa por alguna circunstancia concreta: empacho, mal estado de algún ingrediente… el problema surge cuando esos vómitos se repiten sin motivo aparente y es importante descubrir la causa que los provoca.
Motivos habituales del vómito en los perros después de comer
Existen distintas causan que pueden hacer que tu perro vomite tras ingerir su pienso. Entre las más comunes destacan:
- Comer deprisa o en exceso. Tu perro puede incluso sufrir un atragantamiento.
- Intoxicación o envenenamiento. Puede que accidentalmente tu perro haya ingerido un alimento en malas condiciones o una sustancia tóxica (cuidado con lo que come en el parque o durante su paseo).
- Obstrucción. Una bola de pelos, una pequeña piedra, un astilla o un pedazo de madera…Ese elemento extraño en el esófago puede ser el origen de las arcadas y vómitos.
- Alergia o intolerancia alimentaria. Especialmente en los cachorros que prueban nuevos alimentos es importante comprobar que no existen reacciones adversas como los vómitos.
- Ejercicio después de comer. No es conveniente que el perro haga actividades físicas intensas tras la ingesta de un buen plato de pienso. Ese ejercicio brusco podría interrumpir el proceso digestivo e incluso provocar una peligrosa torsión gástrica, sobre todo en el caso de perros de razas grandes.
- Parásitos estomacales o intestinales. No es algo demasiado común pero un perro infestado de parásitos puede llegar a tener serios problemas de estómago que se manifiesten en forma de vómitos.
Estas son las causas más comunes de los vómitos caninos después de comer. Además de los señalados , los vómitos pueden ser síntoma de múltiples enfermedades desde una gastritis hasta una úlcera, por lo que, si son persistentes, la consulta al veterinario no puede posponerse.