Vacunar a tu perro es una de las mejores decisiones que puedes tomar para protegerle de las enfermedades más comunes a las que pueda estar expuesto. Al igual que ocurre con las personas, cualquier vacuna lo que hace en su organismo es crear anticuerpos para que pueda defenderse ante la llegada de un virus.
Un perro vacunado tiene menos probabilidades de contraer una enfermedad y, si llega a padecerla, el porcentaje de éxito a la hora de superarla se eleva considerablemente respecto a canes no vacunados.
Alejar, por principio, a tu mascota de otros perros por el hecho de no estar vacunados (aunque estén sanos) no tiene sentido alguno, pero procurar evitar el contacto con perros infectados es una medida preventiva más que recomendable. Aunque el tuyo esté vacunado, puede contagiarse.
¿Solo transmiten enfermedades los perros?
No se puede generalizar y afirmar que un perro enfermo es un transmisor de enfermedades, porque cada virus tiene su fórmula de propagación. Como ejemplo, podemos poner la grave leishmaniosis (para la que, afortunadamente, ya existe vacuna) que se propaga por la picadura de un mosquito llamado flebótomo. El mosquito "inyecta” en el perro un dañino parásito que provoca una infección que puede causarle múltiples lesiones. El perro no la trasmite a otros perros, pero el mosquito que le ha picado (a él y probablemente a otros perro ya infectados) anda cerca y continuará expandiendo la enfermedad entre los canes más próximos.
Otras dolencias víricas como el moquillo (distemper canino), o la llamada “tos de las perreras” se transmiten por el aire, por lo que, le pueden afectar al tuyo aunque no tengas otro perro cerca. La rabia, cuyo contagio se produce a través de la saliva (mordedura) o la peligrosa parvovirus, que pueden trasmitir animales enfermos a través de sus heces y orinas, son enfermedades muy contagiosas que aconsejan aislamiento preventivo del animal infectado. En este caso, es imprescindible extremar las medidas de higiene para evitar la propagación de la enfermedad.