¿Puedo pasear al perro sin correa?
Cada municipio tiene establecidas sus propias normas en lo referente a pasear con perros en los núcleos urbanos. Si sales con tu perro por tu ciudad, debes llevarlo con correa, primero por la seguridad del propio animal, que podría sufrir cualquier percance especialmente en zonas de tráfico denso y segundo, porque la multa por llevarlo suelto puede resultar bastante elevada.
Afortunadamente, cada vez es más frecuente encontrar en parques, zonas verdes e incluyo en playas espacios delimitados en los que el perro puede correr libremente sin peligro para él ni para los demás. Si tienes cerca un “parque para mascotas”, no lo dudes y quítale la correa para que pueda jugar y hacer ejercicio durante un buen rato.
Si hablamos de otros lugares, un camino rural, una zona tranquila y poco transitada, una finca particular… basta utilizar el sentido común. Si no ves ninguna señal que prohíba llevar al perro suelto y confías en que el tuyo obedecerá cualquier orden que puedas darle, podrías llevarlo sin correa salvo que se trate de un perro de raza “potencialmente peligrosa”. Aun así, recuerda que el peligro de multa puede existir (infórmate sobre la normativa al respecto vigente en tu municipio).
¿Cómo puedo pasear al perro sin correa?
Si tu perro está acostumbrado a seguirte sin necesidad de correa, aprovecha para pasear con él a tu lado sin ataduras siempre que sea posible. Para hacerlo, deberás entrenarlo previamente porque si desconoce las normas básicas, lo más probable es que salga corriendo de pura alegría y te cueste bastante que te haga caso. Es importante enseñarle a pasear primero con correa y luego, poco a poco, soltarle unos minutos en espacios seguros.
Si tu perro te obedece mientras está sujeto con la correa, también lo hará sin ella. Mientras esté suelto, entrénale llamándole frecuentemente. Prueba a hacerlo incluso sin que él te vea, jugando a que te encuentre. Si acude a tu señal, dale un premio. Sobre todo al principio, lleva sus golosinas contigo. Camina con él, insistiendo en que debe seguir tu ritmo aunque no esté sujeto. Si se adelanta, detente y dile que pare. Si lo hace, premio, así resultará extraño que quiera separarse de ti.