Los sacos anales de los perros son dos glándulas que se encuentran a ambos lados del ano de los perros. La función de los sacos anales es mantener el recto lubricado para que puedan eliminar las heces de una forma más fácil sin sentirse dañados o afectados. El líquido que se almacena en el interior de los sacos anales es de color marrón o amarillento, por lo que es posible encontrar restos y manchas de este tono y con un olor desagradable por casa o en la cama de nuestra mascota, por lo que es probable que los tenga llenos y se le salga con facilidad. Además, al ser esta una de las cuestiones más importantes en la salud de nuestro perro, nosotros mismos deberemos observar si tiene algún tipo de tapón por lo que no puede expulsar con facilidad.
Los sacos anales son la forma de comunicación de los perros
Las glándulas anales de los perros, a parte de ayudar a que nuestras mascotas mantengan el recto lubricado en el momento que van a expulsar las heces, los sacos anales expulsan un característico olor, por lo que los perros, al oler los excrementos que se encuentran por la calle y posteriormente olerse el ano, saben relacionar ambos olores y saber de quién se trata. Es necesario que cada cierto tiempo los animales vacíen los sacos anales, ya que de lo contrario se pueden causar infecciones en los sacos anales como alguna inflamación, constante mal olor, quistes o diferentes molestias. Normalmente son ellos mismos quienes lo expulsan sin ningún problema, pero si no es así los motivos pueden ser algún tapón, embarazo, enfermedad o que a causa de la edad ya no puedan hacerlo. Es en este momento cuando tendremos que ayudarlos y presionarles sobre ambos lados con suavidad para que el líquido se expulse poco a poco de forma que se vacíen los sacos anales y no se sufra ningún tipo de desgarro ni posible dolencia.