Históricamente existe la creencia, o la tendencia, de esterilizar a las perras después del primer celo; pero cada vez son más los dueños de perros que apuestas por la castración antes del primer celo. ¿Se puede hacer? Sí, no hay ningún problema en esterilizar a tu perra antes del primer celo siempre que lo hagas siguiendo las precauciones necesarias. Lo ideal sería que la esterilización llegue entre los 6 y los 8 meses.
La gran ventaja de castrar a tu perra antes del primer celo es que te aseguras que no sufrirá ningún embarazo no deseado. Ese es, precisamente, el riesgo de la esterilización una vez alcanzada la madurez sexual ya que por mucha atención que prestes cualquier despiste puede ser fatal y acabar en un embarazo del perro. Eso sí, la esterilización debe producirse entre los 6 y 8 meses -según la raza de perros puede variar-, antes puede ser peligrosa, y dejar secuelas como la incontinencia urinaria de por vida.
Otro de los motivos para esterilizar a tu perra antes del primer celo es que la posibilidad de que desarrolle alguna enfermedad grave como el cáncer o tumores mamarios serán casi nulas. Si la castración llega tras el primer celo el riesgo de cáncer de mama tan solo se reduce en un 70%, y si esperas un celo más es del 50%. Cuanto más tiempo dejes pasar, más riesgo de cáncer. La esterilización temprana también nos evita el embarazo psicológico de la perra por lo que la edad para esterilizar al perro en estos casos sí que cobra mayor importancia para que sea en sus primeros meses de vida y no postponerlo.
El gran mito sobre la castración temprana del perro
Más allá de la costumbre de castrar a las perras tras el primer celo, hay una leyenda urbana según la cual hay que cruzar a las perras al menos una vez para que sean madres y no se frustren. Es totalmente falso que las perras necesiten ser madres para evitar traumas o depresiones, no es más que una interpretación -errónea- del ser humano. Si se hace en el momento oportuno, la castración temprana no supone ningún riesgo para tu perrita.
