El principal problema de los dueños superprotectores es que humanizan a sus perros y no admiten castigo ninguno para ellos, porque lo consideran una tortura. La principal consecuencia es que los perros toman el poder que han dejado vacío sus dueños.
La mayoría de personas que desconocen la psicología del perro, asumen que hay que tratarlo como una persona, y eso es un gran error. La consecuencia directa puede ser que convirtamos a nuestro perro en un ser dominante o lo que es peor, agresivo.
El perro se basa en la jerarquía como sistema social y nuestra familia es una manada para él. Por ello su meta será ocupar la posición de líder mientras nadie se interponga en su camino.
Si nuestro perro es sumiso de partida y su dueño no tiene capacidad de liderazgo, probablemente nuestra mascota se convierta en un perro mal educado, desobediente y molesto para cualquiera que no seamos nosotros.
Si por el contrario se trata de un perro dominante puede que se vuelva agresivo contra sus dueños si intentan imponerse.
En ambos casos se refieren a dueños que son superprotectores con sus perros.
