Entrenamiento para perros de defensa y ataque
Lograr que un perro sea capaz de defender o proteger a una persona o una propiedad, llegando incluso a inmovilizar a un posible agresor, es el objetivo del entrenamiento para perros de defensa y ataque, un entrenamiento específico que solo puede realizar un entrenador profesional.
Generalmente, este entrenamiento es parte del entrenamiento que reciben los perros que trabajan con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, aunque otros animales pueden ser entrenados de esta manera para que realicen funciones de protección, por ejemplo en una finca, en un polígono industrial o para proteger al ganado (perros pastores). Tu perro también puede ser entrenado en técnicas de defensa y ataque siempre que reúna una serie de condiciones, pero hay que insistir en que solo puede hacerlo un profesional.
El objetivo de este entrenamiento para perros de defensa y ataque es conseguir que el perro ataque únicamente cuando se le ordene para que así, jamás pueda ser un peligro. Un entrenamiento en defensa y ataque mal realizado podría desarrollar la agresividad del perro y no su obediencia, algo que no se pretende. Recuerda que, como dueño, eres responsable de un posible ataque de tu perro, y, por tanto de las consecuencias que ello conlleve.
Cómo se entrena a un perro en defensa y ataque
No todos los canes son idóneos para prepararse para cumplir misiones de protección que incluyan posibles ataques. Algunas razas, por sus características físicas y también por su temperamento, son más adecuadas para este tipo de entrenamiento especializado para defensa y ataque. Por ejemplo, el pastor alemán, mastín, pastor belga, dóberman… son algunas, pero no se puede generalizar. Antes de comenzar el adiestramiento, el entrenador tendrá que valorar el carácter del animal para considerarlo apto, o no, para este tipo de entrenamiento. Así, seleccionado el perro, el entrenamiento para un perro de defensa y ataque se divide en tres fases principales:
1. Órdenes básicas
Antes de ordenar a tu perro a que ataque hay que tener en cuenta varias premisas. Primero de todo, hay que entender que no se trata de convertir al animal en un “asesino en potencia”. Es necesaria la complicidad y el buen entendimiento entre el entrenador y el perro. Tiene que haber una primera etapa de socialización y conocimiento. Una buena relación entre perro y humano es básica para que funcione el entrenamiento en defensa y ataque, incluso, éste y cualquier otro entrenamiento canino. En este caso, el perro aprenderá primero las órdenes básicas para el can, entendiendo quién manda y asimilando que siempre debe obedecer la voz de su entrenador.
2. Ejercicio físico
Los canes entrenados en defensa y ataque son verdaderos atletas que siguen un programa de ejercicios para perros pensados para desarrollar su fuerza y su musculatura. Basta ver cómo pueden llegar a correr y saltar sobre un potencial agresor para entender que su entrenamiento en circuitos (vallas, rampas, túneles…) es intenso.
3. Defensa y ataque
Es la parte específica de este entrenamiento para perros en defensa y ataque e incluye dos aspectos básicos.
• Obediencia absoluta. El perro solo ha de atacar cuando se le ordene y, lo más importante, debe detenerse a la primera indicación de su entrenador, sin ensañarse jamás con el agresor derribado. Se debe enseñar al perro a atacar con una palabra clave y a detenerse con otra. El objetivo es que el animal no tenga la más mínima duda de cuándo atacar y cuándo parar.
• Enseñarle a morder. Al principio se le adiestrará con mordedores específicos y posteriormente, el propio entrenador o un “señuelo”, con las debidas protecciones (mangas, jambierres, ropa especial…), se convertirán en “presas” que recibirán el ataque. Hay que enseñar al animal a morder con el objetivo de inmovilizar, causando el menor daño posible (sin desgarrar). A veces, es necesario corregir la mordida con material de trabajo específico y con mucha paciencia durante horas de entrenamiento.
Como vemos, la presencia del entrenador es fundamental, para evitar que el perro sea agresivo en su día a día, con el resto de perros y con las personas. Hay que comprender esta diferencia.
El refuerzo positivo, clave del entrenamiento en defensa y ataque
Un perro que haya recibido un buen entrenamiento profesional en defensa y ataque no tiene por qué ser un peligro, porque su adiestramiento se ha basado en el refuerzo positivo y no en el castigo. Cada vez que obedece y ataca, tal vez para defender a su dueño, recibe su premio, en forma de comida o palabra cariñosa. Él hace el trabajo para el que ha sido entrenado, recibiendo la correspondiente compensación. Si no se detiene cuando se le ordena, no lo tendrá.
Ésa es la base de este entrenamiento en defensa y ataque para cualquier can, cuyo objetivo es conseguir que el perro ayude a proteger y a salvaguardar la seguridad de las personas y no convertirle en un animal peligroso y asocial.