Los cuidados de las perras en celo que no puedes pasar por alto
Cuando una perrita alcanza su madurez sexual, llega su primer celo, un periodo del ciclo reproductivo que se repetirá, aproximadamente dos veces al año, mientras viva. Una perra en celo no requiere cuidados demasiado complicados pero conviene prestar atención a algunos de los cambios físicos y de comportamiento que puede experimentar.
El celo en perras es un proceso absolutamente natural. Forma parte del ciclo reproductivo de tu perra, algo que siempre conviene conocer para poder detectar cualquier cambio indicativo de una anomalía o enfermedad. Por ejemplo, si tu perrita es bastante regular y sin motivo aparente deja de tener el celo, una consulta al veterinario no estaría demás.
¿Cuáles son los cuidados básicos de las perras en celo?
Cada animal es diferente. Hay hembras que necesitan mimos extra en esta etapa y otras en cambio se muestran alicaídas y prefieren estar solas, pero en general, los cuidados básicos que debes procurar darle a tu mascota para que pase el celo lo mejor posible se centran en dos aspectos:
Síntomas físicos
En principio, el celo no provoca dolor alguno en la perra, pero es cierto que los cambios hormonales y síntomas claros como la inflamación de la zona externa de la vulva pueden hacer que tu perrita se sienta molesta. En estos días, debes extremar las medidas para que se encuentre lo más cómoda posible. Un cojín bien mullido donde descanse a gusto, una estancia ventilada y que esté a una temperatura agradable, sin que pase frío ni un calor sofocante, es lo más importante para proporcionarle el mejor entorno.
Otro síntoma físico evidente es también el sangrado. El flujo vaginal que expulsa la perra puede ser más o menos abundante. No debes preocuparte por su higiene, porque la mayoría son extremadamente limpias y ellas solas se lamen el área de la vulva como parte de su aseo. Aun así, si lo crees necesario puedes poner a tu perra unas braguitas para el celo. Son cómodas y prácticas y puede llevarlas, por ejemplo, cuando salgáis de paseo. Debes quitárselas cada cierto tiempo para airear la zona y permitir que ella se lave a su manera. Si el flujo es muy abundante y crees que es necesario bañarla, puedes hacerlo sin problemas, pero con cuidado y secándola bien para que no se enfríe.
Cambios de conducta
Presta atención al estado general de la perrita y fíjate especialmente en si se alimenta con normalidad. Puede que esté algo alicaída, sobre todo en el inicio del celo, hasta que finaliza el sangrado. Caricias y palabras cariñosas siempre ayudan y si está con falta de apetito, es buen momento para darle su comida favorita o una delicatesen reservada para ocasiones especiales. También hay perras que durante el celo se muestran más nerviosas e irritables. En estos casos, toca tener paciencia, dejarla sola (si notas que quiere estarlo) y procurarle un ambiente tranquilo que no la estrese aún más.
Precauciones si tu perra está en celo
Las precauciones durante los días de celo son mínimas y todas están relacionadas con los posibles machos que se sienten atraídos por la hembra. Los veterinarios no aconsejan cruzar a una perra hasta que haya tenido al menos dos o tres celos. En el polo opuesto, si tu mascota es ya muy mayor, tampoco es conveniente que pueda ser montada y quedar preñada porque supondría un riesgo para la salud de una perra anciana.
Si no ha llegado el momento para que tu perra sea mamá, tendrás que tener cuidado con los galanes al acecho. Procura que en esos días no se escape en un descuido y vaya al encuentro de algún perro. Cuando la saques de paseo o al parque, mejor llévala siempre con la correa, por si acaso.