Los ladridos son la parte del lenguaje canino que se basa en las señales sonoras. Estas suelen ser las más habituales aunque tiene un gran repertorio compuesto por aullidos, gemidos y gruñidos.
Hay distintos tipos de aullidos que se producen ante sonidos de alta intensidad y frecuencia media. El aullido puede ser debido por el hecho de separarse de sus dueños o por cuestión de raza (Huskys y Alaskan Malamute son propensos)
Cuando el perro todavía es cachorro suele gemir reclamando la atención de su madre. Pero cuando es adulto suele ser señal de dolor, miedo o para exigir algo a sus dueños. El gruñido mientras se juega es inofensivo pero fuera de ese contexto puede ser para avisar de un futuro ataque.
Un ladrido puede deberse a un aviso de peligro, a parte de un juego, a la soledad y a otras muchas causas. Pero lo más importante de esto es no debemos dejar que nuestro perro ladre cuanto quiera porque lo único que conseguiremos es que nuestro perro acabe estresado y nosotros y nuestros vecinos con los nervios rotos.