Suele decirse que la familia se hace, y no cabe duda de que en el caso de los perros así es. Con cada gesto de fidelidad que tienen hacia nosotros, con sus muestras de cariño constantes y su paciencia infinita, nuestros mejores amigos se hacen querer y, sin que nos demos cuenta, van calando en nuestros corazoncitos poco a poco hasta hacerse un hueco irrenunciable en nuestra vida, que se queda un poco más vacía cuando no están a nuestro lado.
Es precisamente por eso que tendemos a mimarlos como si de personas se tratase, llegando muchas veces a ofrecerles la misma comida que preparamos para nosotros. Esto puede llegar a ocasionarles ciertas complicaciones, como por ejemplo ansiedad durante nuestras comidas o problemas gastrointestinales y de salud general derivados de la ingestión de alimentos perjudiciales para ellos. Por eso te aconsejamos que alimentes a tu perro con los piensos específicamente diseñados para canes que puedes encontrar en tiendas especializadas. En este sentido, a nuestros perros últimamente les está gustando mucho el pienso Acana, se nota que disfrutan comiéndolo y les aporta gran cantidad de nutrientes muy beneficiosos para su organismo, así que es una opción muy recomendable a tener en cuenta.
El tipo de pienso más adecuado para tu mascota
Cuando te decides a comprar pienso para perros, puedes escoger entre pienso seco y pienso húmedo como el enlatado, siendo el primero el más recomendable por una serie de razones que veremos a continuación:
- Por un lado, al comer pienso seco tu perro mantendrá sus dientes limpios y sanos, ya que precisamente la solidez de los granos de pienso y su textura rugosa arrastrarán cualquier resto de suciedad que pueda quedar adherido a la dentadura del animal, contribuyendo a evitar la formación de sarro, así como la temida placa bacteriana y el mal aliento.
- El pienso seco de calidad incorpora todos los nutrientes que un perro necesita, con un bajo índice de grasas y carbohidratos, que en dosis mayores en la comida húmeda pueden llegar a ser perjudiciales para el animal.
- Al contrario que la comida húmeda, que debe consumirse en un período muy breve de tiempo desde la apertura del envase, el pienso seco y sus propiedades permanecen intactos durante mucho tiempo a temperatura ambiente, por lo que puedes adquirirlo en mayores cantidades sin miedo a que se estropee y ganando en comodidad al espaciar la frecuencia con la que lo compras.
- Con el pienso seco puedes controlar mejor la cantidad de comida que le das a tu perro, pues es mucho más fácil de dosificar mediante un cazo o una pequeña pala de mano.
- No ensucia tanto como la comida húmeda, que puede dejar restos en el suelo que luego se sequen y haya que limpiar. Con el pienso seco a lo sumo tendrás que barrer un poco las minúsculas migajas que tu mascota deje alrededor de su comedero.
Son razones más que suficientes para decidirse por el pienso seco, y si lo alimentas así desde pequeño jamás protestará ni tendrá ganas de probar vuestra comida.
Qué hacer si tu perro no acepta el pienso
En el caso de que tu can esté acostumbrado a una dieta a base de pienso húmedo, o a los alimentos restantes de vuestras comidas, y no quiera probar el pienso, lo más recomendable es acostumbrarle de forma progresiva a que coma pienso seco, mezclando pequeñas cantidades de este alimento con su comida habitual y aumentando su proporción cada semana, de manera que sin darse cuenta acabe comiendo pienso únicamente. Si además lo mantienes en otra estancia cuando comáis o preparéis comida en la cocina, olvidará paulatinamente los sabores de vuestra comida y poco a poco irá aceptando y disfrutando de todo el sabor del pienso, idóneo para las necesidades de su organismo. Es la mejor inversión que puedes hacer por la salud de tu peludo familiar.