7 signos que determinan que un perro tiene miedo
Igual que nos ocurre a las personas, también a los perros hay cosas que les asustan y les provocan nerviosismo y ansiedad. El miedo puede causar importantes trastornos y cambios de conducta en el animal, por eso es muy importante saber cuándo un perro tiene miedo para intentar calmarle y ayudarle a que lo supere.
Los signos que indican miedo en el perro pueden resultar del todo evidentes o ser más sutiles. En cualquier caso, siempre hay que prestarles la debida atención para evitar a nuestra mascota un sufrimiento innecesario.
Cómo reconocer el miedo en los perros
Los perros tienen su particular manera de decirnos que tienen miedo a través de su lenguaje corporal y de determinadas actitudes entre las que destacan:
Lloriqueos, gemidos y ladridos
Expresan su miedo casi igual que tú. Un perro asustado puede gimotear mientras se queda mirando a un punto determinado, como puede ser una puerta, una ventana, un mueble… Si ve algo que le provoca temor, lo expresa con ese llanto callado o bien ladrando de manera nerviosa e incontrolada.
Tensión muscular
Es otra señal evidente. Hay perros que se quedan petrificados ante una situación que les produce pánico. Puede que dando un paseo a tu lado tu mascota se detenga de repente y aprecies la tensión en los músculos de su cuello y cabeza o de sus patas. No camina o incluso intenta retroceder… algo ha visto o ha oído que le da miedo. Muchos animales reflejan esa tensión estando en posición de alerta máxima.
Instinto de huir o de buscar refugio
Pura lógica. El animal intenta alejarse de aquello que le asusta. Hay perros que buscan refugio escondiéndose en algún lugar de la casa. Otros, en cambio, se escapan o intentan hacerlo. Rascan con desespero la puerta principal o buscan una ventana por la que poder huir. Es su temor lo que provoca este comportamiento de autoprotección. Algunos perros cuando están asustados no se separan de sus dueños. Es algo absolutamente normal, necesitan la compañía de aquel con quien se sienten seguros y protegidos.
Temblores y jadeos
Temblar de miedo es algo que también hacemos los humanos. El estrés hace que se acelere el ritmo cardiaco del perro, que llegue a jadear y, en ocasiones, a babear de manera excesiva además de temblar de manera incontrolada. Si tu perro tiembla sin motivo que pueda justificarlo es que está muy asustado.
Síntomas físicos
Hacer sus necesidades en casa cuando nunca lo ha hecho, sufrir diarreas o vómitos, rechazar el alimento, descansar mal y no dormir… Son algunas señales que pueden indicar que hay algo que está asustando a tu perro de manera continuada.
Postura corporal
Un perro que de repente esté encogido, amilanado, con el rabo entre las patas y seguramente con las pupilas dilatadas, indudablemente tiene miedo.
Conductas repetitivas
Es una curiosa señal con la que el perro nos transmite su estrés y nerviosismo. Caminar de un lado a otro sin llegar a ninguna parte, excavar como un poseso un agujero en el jardín o intentar, una y otra vez, meterse en el interior de un armario… esa repetición sin sentido expresa el miedo que el animal está pasando.
¿Qué provoca miedo en los perros? ¿Cómo ayudarles?
Hay multitud de posibles causas del miedo en los perros y muchas de ellas tienen que ver con alguna experiencia traumática sufrida tal vez de cachorros. Temor frente a otros perros (o gatos) por una antigua pelea de la que salieron mal parados; miedo a los ruidos fuertes que puede provocar una tormenta intensa o una buena traca de petardos es también; pánico a los espacios cerrados, a quedarse solos en casa, a los gritos que puedan escuchar en una discusión o las personas desconocidas… averiguar qué hace que tu perro esté asustado es el primer paso para intentar ayudarle.
Si tu mascota tiene un ataque de pánico, no le agobies, simplemente procura darle todo tu cariño y comprensión con caricias y palabras de consuelo. Proporciónales un entorno tranquilo, que le ayude a relajarse, y deja que poco a poco lo vaya superando. En los casos más graves de miedos frecuentes e incontrolados puede ser necesaria la ayuda de un profesional veterinario o experto en conducta animal.