Corren leyendas sobre el doberman por todo el mundo desde el momento en que se creo esta raza, hacia los años 70 del siglo XIX. Científicamente esto no se puede demostrar.
El origen de estos mitos proviene del carácter altamente agresivo de los primeros espécimenes. Hay varios argumentos sobre esta supuesta "locura" del doberman.
- El cerebro les crece de manera desmesurada a partir de los cuatro años, pero su cráneo no lo hace. Por ello la presión le ocasiona dolor y alteraciones que lo vuelven agresivo e incontrolable.
- A medida que crece el perro sufre un engrosamiento de los huesos del craneo de modo que comprimen su cerebro y el animal reacciona ante esto enloqueciendo.
- Cuando cumplen dos años pierden el olfato y eso provoca que no reconozca a sus dueños y les ataquen de la misma manera que lo hará con los desconocidos.
Ninguno de estos rumores son ciertos ya que el doberman se ha convertido en un perro con gran equilibrio físico además de más inteligente que la media. Aunque también hay que advertir que son de carácter dominante incluso con sus propietarios por lo que a la hora de elegir tener un doberman debemos ser conscientes de que hemos de ser un seguros de nosotros mismos para ser capaces de dominarle. Van a intentar escalar en la jerarquía así que debemos ser muy constantes en nuestro papel de líderes.
Para romper esta falsa leyenda sobre el crecimiento del cerebro de manera desmesurada os explicamos que una encefalitis o una inflamación del cerebro, probablemente debida a una infección, les causaría la muerte en varios días. Además esta enfermedad puede darse en cualquier animal, y por supuesto en cualquier raza de perro e incluso en humanos.