Un cachorro tiene unas necesidades alimenticias especiales, que en el caso de los perros bebé, los recién nacidos que todavía no se valen por sí mismos, se basa en la leche materna. De hecho, durante las primeras semanas los cachorros deberían alimentarse exclusivamente de la leche materna, y solo si han sido separados antes de hora de la madre puedes darle leche para perros artificial. De hecho, esa será su alimentación durante las primeras semanas.
La primera alimentación de los perros bebés que recibirán será el calostro, esa primera toma de leche que llega en el tiempo que transcurre entre el parto de un cachorro y el de su hermano. Si ves que el perro bebé es incapaz de tomar esa leche por sí solo deberías ayudarlo, acercándolo a las mamas de la madre. Durante la primera semana ni siquiera beberán agua, tan solo tomarán la leche materna, eso sí, cada unas cuatro horas.
Luego, en la segunda semana de vida cambiará la alimentación de los cachorros, pues estos empezarán a imitar a la madre, y de esta manera aprenderán a beber agua del cuenco. Tanto a la hora de darles agua como cuando empiecen con las papillas y la comida sólida -pienso, croquetas, etc.- es importante que utilices el mismo cuenco para todos los cachorros ya que, al moverse en manada, todos irán de cabeza a por el cuenco. Lo único que debes hacer es asegurarte de que todos comen lo que necesitan.
Durante la 6ª o 7ª semana la comida de los cachorros cambiará de nuevo y llegará la hora de empezar con el destete, que haremos a base de papillas. Al principio los cachorros alternarán la leche materna con piensos humedecidos con agua -nunca con leche-, que al principio serán una papilla. A medida que el perro bebé crezca utilizaremos menos agua, hasta que el sistema dental y digestivo del animal esté totalmente desarrollado y pueda digerir sin problemas el pienso sólido, sin humedecer.
